El
18 de este mes de se celebra el Día Internacional de Museos, creado por el
Consejo Internacional de Museos, ICOM, que determina cada año un tema para
desarrollar en sus sedes, y este año es Historias
controvertidas, decir lo indecible en los museos, vinculado a
desaparecidos, el Holocausto, genocidios, etc., como el caso de la historia del
caucho o la guerra de 1980 al 2000 que sufrimos los peruanos. Pero hoy debemos
denunciar otras desapariciones: las de los museos tecnológicos peruanos.
Mientras
muchos países -incluyendo el nuestro- buscan que el conocimiento, uso e
innovación de la tecnología cruce las áreas educativas y el sector productivo,
nuestros gobiernos van desapareciendo museos tecnológicos desde hace 24 años,
cuando en 1993 se cerró el Museo de Ciencias José
Castro Mendívil, primer museo de ciencias de Sudamérica. Nadie dijo nada y sus
más de 100 módulos interactivos terminaron desmantelados y arrinconados en una
jaula vacía del Parque de las Leyendas.
Arequipa,
no ajena a estos despropósitos de entidades de gobierno, desde hace más de cuatro
años ha perdido el Museo Gráfico El Peruano, sin que nadie haya protestado ni
indagado causas y consecuencias como el traslado a Lima de sus piezas, y la
pérdida de un espacio de la memoria donde se pudo llevar las máquinas de viejas
imprentas o talleres de diarios que, con la actualización tecnológica, quedaron
sin uso y se quiso donar a este museo.
Algo
similar está por suceder en Lima con el Museo de la Electricidad (MEL) que el año
pasado al cumplir 24 años recibió premios, hizo talleres, inauguró exposiciones
y una nueva sala; paseó en tranvía a miles, publicó investigaciones, formó un rico
archivo histórico sobre la electricidad en el Perú y, sobre todo, atendió y
difundió ciencia y tecnología de manera didáctica y entretenida a más de un
millón 200 mil hijos e hijas de un país sin museos de ciencia.
Sin embargo, desde febrero,
este acogedor museo barranquino, con su tranvía al frente y su ingreso siempre
lleno de escolares haciendo cola, fue cerrado por su propietaria, la empresa
Electroperú S.A., con un simple aviso: “Cerrado por mantenimiento",
olvidando que los museos no se cierran, los museos se promueven. Y más aún,
museos como el MEL dedicados a divulgar la ciencia y la tecnología entre los
escolares.
Sabemos que Electroperú
S.A. es una importante y bien valorada empresa generadora de electricidad, con
suficientes ingresos como para seguir auspiciando la continuidad del MEL y
que siga siendo, como siempre lo fue, un museo totalmente gratuito. Por eso
esperamos que sus funcionarios recapaciten y este próximo Día Internacional de
los Museos reabra sus puertas para evitar decir lo indecible de un museo: su
desaparición por decisión.
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